Cuidado, niños jugando

Dar voz a la resistencia del pueblo palestino, mostrando su lucha cotidiana por la libertad.
Visibilizar la realidad palestina a través de testimonios de personas que viven bajo la ocupación
Denunciar la represión y las limitaciones impuestas por las fuerzas de ocupación
Romper con los discursos hegemónicos y desinformación mediante una narrativa que humanice a las víctimas y cuente la historia desde su propia voz.
Fomentar la empatía y la solidaridad internacional promoviendo la reflexión y el activismo a favor de los derechos humanos en Palestina.
Generar impacto y movilización a través de proyecciones, campañas en redes sociales y alianzas con organizaciones defensoras de los derechos del pueblo palestino.

Cuando pensamos en Palestina, muchas veces pensamos en bombas, ruidos, grises, sangre, gritos, llantos. Cuando pensamos en Palestina pensamos en el muro y tenemos un montón de preguntas y ninguna respuesta que justifique tanto dolor y tanta injusticia.
En Palestina los días, muchas veces, se tiñen de incertidumbre, miedo e impotencia. Pero lo que también es cierto y nunca imaginamos (hasta que lo vimos con nuestros propios ojos y lo sentimos con nuestras propias almas) es que en Palestina hay lucha y resistencia, mucha resistencia.

Viajamos a Palestina y nos encontramos con un muro que levantó Israel para separarlos, aislarlos, cansarlos y dejarlos solos. Pero pasamos a ese otro lado, a ese otro lado del muro y se resiste a pesar de todo. Esa lucha y resistencia la manifiestan mayores, jóvenes, niños, música, colores, risas, canciones, caminatas, juegos, comidas típicas, tambores, trabajo, banderas y familia.

El arte, por ejemplo, es una de las mayores y más importantes herramientas de transformación, resistencia y expresión, de decir basta sin violencia, de gritar “aquí estamos y esto somos”. “Estas son nuestras calles, estos son nuestros niños, aquí está mi cultura y esta es mi lucha”. Eso sentimos todo el tiempo en cada rincón, en cada hogar y en cada esquina de los territorios ocupados.

Cuando estuvimos en Palestina preguntamos todo el tiempo “¿En qué podemos ayudar? ¿Cómo lo hacemos?” Y la respuesta siempre fue la misma, clara, fuerte y con tono desesperado: “ Cuando se vayan a sus casas, cuenten por favor lo que está pasando aquí”.
Visibilizar, pues, es nuestro objetivo principal.

Ana es realizadora audiovisual, documentalista y fotógrafa.

Idoia es periodista y técnica de cooperación internacional.

Ambas han recorrido diversos países y han realizado trabajos de cooperación en zonas vulnerables de Palestina, Mozambique, Zambia, India, Argentina, interesadas en las temáticas sociales y de derechos humanos y en la fotografía humanista.

El registro de este documental fue tomado durante el periodo de trabajo que ambas realizaron en Aida Cam, Belén (Palestina) durante el año 2018.