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Sobre este proyecto
PLANTAMOS UNA VID EN BARCELONA
Mostrar listado de necesidades
Tarea
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Mínimo | Óptimo |
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Trabajos del suelo
Consisten en trabajos con maquinaria pesada para la recuperación de la estructura del suelo después de años de un cultivo perenne permanente. Estas prácticas permiten reestructurar y airear el suelo, descompactarlo y anivelar el terreno. Finalizan con un trabajo a poca profundidad para hacer un buen aireamiento del suelo, incorporar materia orgánica y consolidar, de esta forma, un lecho de crecimiento radicular óptimo para la nueva plantación.
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$ 833 | |
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Trabajos de formación de las cepas
La cepa (Vitis vinífera) es una planta caducifolia que, cultivada, se trabaja en dos partes: la estructura permanente (madera que se mantiene cada año) y la estructura anual (madera de producción que se poda y se renueva cada año). En esta estructura anual es donde crecen los racimos.
Los trabajos de formación de la cepa en la estructura permanente de la planta son prioritarios para garantizar una vida larga de la planta. En las tareas de formación lo que se busca es construir una arquitectura vegetativa permanente que permita los flujos óptimos de savia, un crecimiento ordenado de la cepa y una buena disposición espacial de las estructuras fructificables anuales (sarmientos productivos).
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$ 1,770 | |
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Comiso de GOTEO y transferencia bancaria
Comisiones y gastos de la plataforma para conseguir el objetivo mínimo.
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$ 942 | |
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Arrancar parcelas viejas
Para poder renovar la finca con las nuevas plantaciones es necesario, en primer lugar, proceder a arrancar las variedades actualmente existentes. Unas variedades no autóctonas y envejecidas prematuramente debido a una mala elección del marco de plantación y un manejo muy intensivo. Esta tarea se realizará en dos fases que no deben distar más de pocas semanas entre una fase y la siguiente. La primera consiste en eliminar la mayor parte de la estructura permanente de la planta. Esta debe tener lugar en un momento de parada vegetativa de la planta, cuando circula poca savia (otoño-invierno). La segunda fase, consiste en arrancar la parte radicular y debe tener lugar antes del inicio de la primavera, antes que la planta empiece a "moverse", ya que si se ha iniciado el ciclo anual de crecimiento de la planta esto complica las tareas de arrancado.
Para esta tarea es necesario alquilar maquinaria de gran tonelaje, ya que la raíz de la cepa es muy profunda y con mucha tendencia al rebrote. Si no se arranca totalmente es muy fácil que en el mismo año o el año posterior rebrote y eso dificultaría el enraizamiento de la nueva plantación.
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$ 3,644 | |
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Trabajos anuales de mantenimiento
Una vez instaurada la nueva plantación es vital llevar a cabo diferentes tareas para el buen desarrollo de la nueva vid. Algunas de estas tareas prioritarias son:
En el caso de años de sequía (habituales en nuestro clima mediterráneo y cada vez más frecuentes con la problemática del cambio climático)
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$ 3,124 | |
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Trabajos adicionales
Otras tareas necesarias para el buen desarrollo de las nuevas plantaciones son:
Mantenimiento de la flora indicadora y melífera de los márgenes: a través de una gestión de cubierta vegetal e individuos se consigue mejorar la biodiversidad de la finca y gracias a eso conseguimos un microecosistema más resistente a las plagas o a las enfermedades. Un buen reservorio de flora auxiliar permite el establecimiento de microfauna durante una temporada más larga del año (incluso durante todo el año) y en mayor cantidad.
Mantenimiento del vallado perimetral: una de las principales preocupaciones de la producción agrícola en la finca de Can Calopa es la intensa presión del jabalí, especie considerada plaga en Collserola. En los momentos claves del ciclo de la viña, coinciden con los momentos claves del ciclo vital del jabalí. De enero a abril es la época de cría del jabalí, época que coincide con la brotación de la viña.
Hacia finales de verano y principios de otoño, cuando la uva empieza a madurar, es cuando hay menos disponibilidad de alimento en el bosque (y menos aún en años de sequía) y cuando el número de individuos es más alto (destete de las crías y expulsión del grupo).
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$ 7,393 | |
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Comisión de GOTEO y transferencia bancaria
Comisiones y gastos de la plataforma para conseguir el objetivo óptimo.
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$ 429 |
Infraestructura
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Mínimo | Óptimo |
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Plantación de la vid
Las plantaciones de las diferentes parcelas son los momentos claves de este proyecto. Consisten en la plantación de los pies americanos (la parte raticular de la planta) que, al cabo de un año, serán injertados con las nuevas variedades.
Tanto para la plantación como para el injerto se utilizarán técnicas manuales y artesanales, plantando y injertando las cepas de una en una.
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$ 5,518 | |
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Instalación del sistema de emparrado
La estructura de emparrado es un elemento fundamental en una finca de viña productiva. Existen dos grandes formas de gestionar el crecimiento de una cepa: "en vaso" y el "emparrado". Cada una de ellas con diversas modalidades y escuelas en función del terroir, las prácticas agro-culturales o la propia variedad.
El sistema de emparrado consta de la estructura que permitirá ordenar el crecimiento de la planta y optimizar su productividad. Además, las estructuras en emparrado facilitan la ergonomía y el manejo de la mayor parte de los trabajos del cultivo (poda, cosecha, trabajos de suelo...). Una estructura en emparrado consiste en unos hilos longitudinales de acero sostenidos por una serie de palos de madera enterrados unos 60 cm en el suelo. Estos hilos longitudinales se pueden mover verticalmente por los palos acompañando así el crecimiento de la planta y, por este motivo, se necesita todo un sistema de ganchos y tensores también de acero que puedan sostener toda la tensión y el peso que se les aplica.
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$ 1,354 | |
| Total | $ 17,185 | $ 25,007 |
Imprescindible
Adicional
Información general
DE DÓNDE VENIMOS?
La masía de Can Calopa de Dalt es una de las más de 150 masías que hay diseminadas a lo largo de la sierra de Collserola, en Barcelona. Con sus más de 4 siglos de historia, Can Calopa es hoy en día un testimonio vivo del pasado agrícola de la ciudad. La viña había estado uno de los cultivos tradicionales de la zona, protagonista activo de su entorno socioeconómico hasta principios del siglo XX, cuando la llegada de la filoxera inició su retroceso. Con la industrialización y la consecuente proliferación de fábricas y polígonos industriales en toda la área metropolitana, la continua urbanización del territorio supuso el retroceso definitivo de la viña y la pérdida de campos de cultivo que sobrevivían en la sierra. En la actualidad, solo el 2% de Collserola está destinado al uso agrícola cuando en 1950 era del 21,5%. La vid supone solamente el 0,05% de éste.
Con el objetivo de recuperar la vid en Collserola, el Ayuntamiento de Barcelona plantó en el año 2001, en la finca de Can Calopa, 3,5 hectáreas de viñedo con variedades mediterráneas (Agiorgitiko, Aglianico, Sangiovese, Syrah y Garnacha negra) y así poder elaborar un vino único y representativo de la ciudad. En 2010, la Cooperativa L’Olivera entró a formar parte del proyecto con el propósito de transformarlo en una iniciativa de agricultura social y sostenible a largo plazo sin olvidar su enfoque productivo. Actualmente, este proyecto genera oportunidades laborales a casi una veintena de jóvenes con dificultades y en riesgo de exclusión social, que viven y trabajan en la finca. Y es desde aquí donde nace el único vino que a día de hoy de produce en la ciudad: el Vinyes de Barcelona (https://vinyesdebarcelona.org/)
A DÓNDE VAMOS?
Después de 10 años al frente de la finca, desde L’Olivera sabemos que es necesario dar un paso adelante. Necesitamos un impulso a nivel agrícola y productivo para sustituir las vides existentes por variedades autóctonas, vinculadas al entorno y que se adapten mejor a las condiciones climáticas de la finca.
Si queremos recuperar el vino autóctono y conseguir una viña sostenible a largo plazo, hay que replantear todo el cultivo existente y replantar parte de las cepas actuales. Un proceso que iniciamos en el 2020 con la sustitución y plantación de una de las parcelas (de 0,4 hectáreas) y que ahora toca continuar con una viña de 1 hectárea hasta poder replantar las 3,5 hectáreas de la finca de Can Calopa. El proceso de sustitución, además, se ha hecho y se tiene que hacer siguiendo los criterios del cultivo ecológico.
Desde el punto de visto productivo, la nueva plantación nos permitirá pasar de los 3.000 quilos actuales hasta los 10.000. Este aumento no solo asegurará la viabilidad económica del proyecto sino que servirá para generar empleo para jóvenes con dificultades y en riesgo de exclusión social.
Necesitamos, en definitiva, un impulso para consolidar las 0,4 hectáreas de vid nueva que empezamos a plantar en 2020 y encarar la plantación de una hectárea más para este 2021. Dos objetivos nos motivan:
Primero, garantizar que Can Calopa pueda continuar siendo un proyecto agrícola y social en la ciudad de Barcelona, vinculado al territorio, que impulse la transformación agroecológica del Parque de Collserola y trabaje para la conservación del paisaje y el patrimonio histórico.
En segundo lugar, dar continuidad a la apuesta por la Economía Social y Solidaria para que este modelo agrario que vincula territorio y personas se convierta en un proyecto productivo sostenible.
Replantar la finca de Can Calopa representa la consolidación de nuestro proyecto en base a estos pilares: paisaje y personas, territorio e inclusión. Porque creemos en la soberanía alimentaria, porque queremos continuar reivindicando la actividad agrícola ligada a las grandes ciudades; porque queremos potenciar la economía social y solidaria; y porque queremos arraigar aún más en Collserola. Por todo eso ponemos en marcha la campaña: PLANTAMOS UNA VID EN BARCELONA.
Descripción del proyecto. Características, fortalezas y diferenciales.
El proyecto de replantación de los viñedos de Can Calopa se basa en 4 planteamientos:
-PLANTEAMIENTO AGRARIO Y PRODUCTIVO: HACER LA FINCA PRODUCTIVA
La nueva plantación tiene que cumplir con criterios formativos y agronómicos actuales. Plantar variedades adaptadas al terruño de la finca y aumentar la producción de materia primera siguiendo una transformación sostenible de toda la finca. Preservar su paisaje agrícola y aumentar su biodiversidad.
-PLANTEAMIENTO SOCIAL I COOPERATIVO: GENERAR EMPLEO EN LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA
Reforzando el proyecto productivo y agrícola podemos continuar generando empleo para personas vulnerables i/o en riesgo de exclusión social. Uno de nuestros objetivos principales es ofrecer oportunidades laborales y formativas enriquecedoras, que acerquen el mundo rural y el territorio. Y siempre, haciéndolo dando continuidad al modelo cooperativo de L’Olivera, poniendo las personas en el centro.
-PLANTEAMIENTO TERRITORIAL I DEL ENTORNO: CONTRIBUIR A LA TRANSFORMACIÓN AGROECOLÓGICA DE COLLSEROLA
Recuperar la vid como cultivo tradicional y, más concretamente, hacerlo con variedades locales. Así aspiramos a recuperar el mosaico paisajístico de Collserola. Queremos respetar el territorio y nuestro entorno, haciéndolo más sostenible y consciente con el medio ambiente, planteando modelos productivos agrícolas en entornos periurbanos. Apostamos por la agroecología como modelo para un sistema alimentario vinculado al origen.
-PLANTAMIENTO DIVULGATIVO I FORMATIVO: CONVERTIRNOS EN UN ESPACIO DE DIVULGACIÓN DE LA AGROECOLOGÍA EN BARCELONA
Crear un espacio de trabajo agrícola donde promover la cultura rural y la agroecología entre la población urbana. Hacer de Can Calopa un espacio de divulgación de la alimentación sostenible y de los valores de la Economía Social y Solidaria, siempre abierto a la ciudadanía.
Motivación y a quién va dirigido el proyecto
La nueva plantación de viñedos en Can Calopa no es más que la continuidad de los retos que nos mueven cada día como proyecto cooperativo y social. Nos mueve la intuición. Esa que nos habla del paisaje periurbano y la posibilidad de hacer en él vinos y aceites de oliva singulares y de calidad con un proyecto de agricultura social a escala humana donde el factor económico y social van de la mano. Nos mueve la posibilidad real de vivir con una visión transversal que haga compatible la inclusión social con la elaboración de productos de origen y de alta calidad.
Hacerlo, además, en un entorno periurbano nos anima a seguir creyendo en el futuro de estos espacios donde los modelos agrícolas y productivos aún suscitan muchos interrogantes. Nos sentimos identificadas con un concepto amplio de la agricultura que incorpora funciones y valores diversos (calidad de los alimentos, acción social, desarrollo local, valor cultural y gastronómico…). Y queremos ser corresponsables de una sociedad responsable.
Tenemos el compromiso de habitar el paisaje y construir colectivamente un presente u un futuro acogedores. Arraigamos en el mundo rural desde una visión optimista: creemos en un mundo (rural) vivo que genere oportunidades y, también, en un sector primario que propicia el crecimiento equilibrado de una sociedad en términos económicos, sociales y demográficos.
Y todo porque creemos en los alimentos como embajadores de un paisaje -natural y humano- y como base para una cultura alimentaria ligada al origen. Alimentos que también trasladen valores culturales: ligados a una identidad y que nos hablen de una manera de hacer y ser que nos expresen la singularidad del lugar de donde proceden.
Alimentos, en fin, que nos ayuden a comprender que ser conscientes y soberanos con nuestros gestos cotidianos tiene una relación directa con el mundo que queremos, el territorio que amamos y el futuro que dibujamos.
Utopía, realidad, fidelidad y resiliencia
Al frente de la finca de Can Calopa hay 40 años de trayectoria del proyecto cooperativo de L’Olivera. Un proyecto que vive de dos paisajes: el rural, en Vallbona de les Monges, en la Cataluña interior de secano; y el urbano, en la masía de Can Calopa de Dalt, en el Parque Natural de Collserola, en Barcelona. Dos experiencias, dos trayectorias y dos aproximaciones compartidas.
Desde 1974, en L’Olivera cultivamos la vid y los olivos para elaborar vinos y aceites ecológicos incorporando personas con dificultades en todo el proceso, anteponiendo nuestras capacidades al servicio de un proyecto común.
Empezamos esta aventura en el año 1974 en Vallbona de les Monges cuando un grupo de personas se instalan en el pueblo con la idea de crear una comunidad de vida y trabajo que, por una parte, integrase personas con dificultades -especialmente aquellas procedentes de situaciones sociales más desfavorables- y que, por otra, plantease una salida económica productiva a partir de los propios valores de la zona.
Esta experiencia alternativa, socializadora y cargada de utopía buscaba fórmulas de vida y de trabajo humanizadoras, integradoras y, en cierta medida, disidentes del desarrollo urbano e industrial. Se trataba de un proyecto colectivo en el ámbito rural, alineado con otras experiencias que se sucedían en diversos rincones de Europa. Lo que, en definitiva, se conoce como Economía Social y Solidaria.
El eje social está en el núcleo del proyecto productivo a través de una iniciativa a escala humana que pone las personas en el centro. Nuestro reto ha estado siempre hacer productos que partan de la herencia agraria y sean el reflejo fiel de su tierra y de su gente.
En 2010 y gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona, L’Olivera suma a su proyecto la finca de Can Calopa, reproduciendo el modelo de agricultura social iniciado en Vallbona para generar oportunidades de inclusión para jóvenes con necesidades especiales. Actualmente, L’Olivera es un proyecto colectivo y tozudo formado por más de 60 personas que construimos día a día el mundo que deseamos vivir.
Compromiso social
Desarrollo agrorural
Desde L’Olivera estamos comprometidas con el desarrollo sostenible desde los inicios de nuestra historia como proyecto, entendiéndolo en su sentido más amplio: ambientalmente, socialmente, económicamente y culturalmente. Los ODS explicitan nuestro compromiso con el desarrollo sostenible, en el que trabajamos desde hace más de 40 años. Nuestro proyecto se alinea con los valores y las metas planteadas por los ODS, poniendo especial énfasis en los siguientes:
ODS 11: CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES
El proyecto de L’Olivera en Can Calopa es, en su esencia, una apuesta por mantener los ecosistemas agrícolas en el ámbito urbano, construyendo una experiencia productiva sostenible medioambiental y económicamente que combine calidad de los productos con inclusión social y respeto para el medio ambiente. Con la recuperación de la vid en Collserola sumamos un grano de arena más en esta nueva mirada sobre las ciudades, haciendo compatibles espacios verdes con agricultura productiva, creando y generando recursos a partir de los propios valores de la zona. Y todo ello, con una mirada irrenunciable sobre el uso eficiente de los recursos naturales, la seguridad alimentaria y la protección del patrimonio cultural y natural.
ODS 12: PRODUCCIÓN Y CONSUMO RESPONSABLES
Apostamos, desde los inicios, por una producción ecológica a partir de los recursos propios de nuestra zona. Poniéndolos siempre al servicio de un proyecto agrícola que ensalza el paisaje. Hacemos una gestión sostenible y un uso eficiente de los recursos naturales, trabajando la tierra y elaborando el vino con criterios de racionalidad y respeto hacia estos mismos recursos, excluyendo productos químicos y trabajando para reducir los residuos y minimizando los efectos sobre el medio ambiente.
Al mismo tiempo, promovemos un consumo responsable que ponga en valor no solo los valores medioambientales sino también la proximidad y su impacto social. Promovemos también un turismo responsable alrededor del vino y la actividad agrícola, potenciando la cultura y los productos locales.
ODS 8: TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
Nos sentimos especialmente identificados con este ODS y su definición: “un crecimiento económico inclusivo y sostenido puede impulsar el progreso, crear empleo decente para todas y mejorar los estándares de vida”. De hecho, el eje social está en el ADN de L’Olivera, que, desde sus inicios, se plantea como un espacio inclusivo que pone la vida en el centro y genera oportunidades para personas en riesgo de exclusión social. Nos alineamos con la meta 8.5 de este ODS que plantea conseguir el trabajo decente para todas las mujeres y hombres, incluyendo los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la plena igualdad de remuneración para el trabajo de igual valor. Por todo esto, el proyecto de plantación de nuevos viñedos en Can Calopa pone en el centro la creación de más empleo para personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social, un elemento que es la razón de ser de L’Olivera.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
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Trabajo decente y crecimiento económico
Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos
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Ciudades y comunidades sostenibles
Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles
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Producción y consumo responsables
Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles