¿Recuerdas el embalse de Valdecañas, en Cáceres, prácticamente vacío después de que Iberdrola decidiese turbinar agua para producir energía? ¿O aquel vídeo que demostraba cómo la extrema derecha campaba sin freno dentro de un cuartel del Ejército? ¿Recuerdas en qué medio leíste por primera vez informaciones a diario sobre cambio climático, sobre crisis climática? ¿O qué periódico habló en su portada de la corte de empresarios del Ibex35 del futuro Felipe VI cuando lo habitual era referirse al príncipe con el apelativo de "El Preparado"? Son ejemplos de noticias y coberturas adelantadas por La Marea de las que después se hicieron eco los grandes medios de comunicación.
Cuando aún no se hablaba en la política de racionalizar el tiempo laboral, analizamos en La Marea las lógicas productivistas que nos llevan a vivir sin aire, en precario, sin cuidados, sin mirarnos a nosotros y a nosotras mismas. La España vaciada (de agua), el dossier de este verano sobre la sequía, o el del año anterior sobre la climatización –Poder vivir sin aire (acondicionado)– son otros ejemplos de ese periodismo reposado por el que trabajamos, siempre con perspectiva de género y de clase. O el especial sobre extrema derecha, allá por 2016, cuando todo el arco político decía que "España era diferente", que aquí no llegarían los Trumps, ni los Le Pens, ni los Farages…
Hemos hablado de cómo se hace ciencia en este país, de los privilegios de clase, de la mercantilización de la educación y de la sanidad, de qué pasa antes y después de un feminicidio, que medidas preventivas se tomaron o no y qué medidas posteriores se adoptaron para que no se volviera a repetir…
Hemos estado en Lesbos y en la destrucción de Lesbos. Estuvimos en el campamento de la vergüenza, en Arguineguín (Islas Canarias). Hemos estado en Iraq. Hemos estado en Nueva York, en Detroit, mirando otros mundos mientras el mundo contaba papeletas. Hemos narrado la guerra de Ucrania desde esos otros prismas. Hemos estado, también durante meses, en un bloque de Sevilla, contando cómo se vivía encerrado en un tercero sin ascensor cuando nadie sabía lo que era un confinamiento.
Es probable que recuerdes igualmente portadas míticas de nuestra revista en papel: Florentino Pérez (El Puto Amo), Felipe González (El conseguidor), José María Aznar (y los desacomplejados) o Juan Carlos I (lidera el desembarco de comisionistas en el Golfo Pérsico).
En diciembre cumpliremos diez años y queremos seguir cumpliendo más. Es decir, queremos seguir poniendo el foco donde no se suele poner, queremos seguir haciendo ese periodismo por el que un día decidimos hacernos periodistas. Lo nuestro, cómo podríamos decirlo, es de verdad. Pero también es de verdad lo nuestro, lo que tenemos contigo. Ya nos conoces desde hace tiempo y ahí sigues, apoyándonos y ayudándonos a crear un medio que es nuestro, y no de grandes poderes económicos; La Marea es de sus trabajadores y trabajadoras, y de los lectores y lectoras que nos seguís habitualmente.
Descripción del proyecto. Características, fortalezas y diferenciales.
¿Otro crowdfunding? Quizás te hagas esa pregunta. En la redacción de La Marea también lo hemos hecho. Y admitimos que dudamos mucho antes de lanzarlo. Pero algo sí tenemos claro desde que nacimos en 2012, y es que para financiar nuestro medio podríamos haber recurrido a:
- El apoyo del Ibex35, un magnate o algún partido político.
- Crear una comunidad de miles de personas con espíritu crítico como tú.
Nacimos fruto de un crowdfunding y, diez años después, os proponemos un nuevo reto: la mayor campaña de microfinanciación de un medio de comunicación por estos lares. Queremos consolidar La Marea y dar un paso más allá. Lo que parecía una utopía periodística hace un tiempo que es un medio que apuesta por el periodismo de verdad. **Nuestro medio fue creado por una cooperativa en mitad de una gran crisis económica y, ahora, los indicadores dicen que el otoño y el invierno serán duros.
Además, nos enfrentamos a nuevas dificultades. En pleno auge de los discursos de odio, cuando el fascismo ha empezado a gobernar en varios países de Europa, es más necesario que nunca vencer a la tiranía del algoritmo que determina qué noticias vas a recibir en tu móvil cada día. Muchas de ellas son burdas manipulaciones, están pagadas por empresas, son irrelevantes, bulos o puro clickbait. En cambio, te cuesta encontrar la información que realmente te interesa, la que te ayuda a formarte una opinión crítica y tener capacidad para transformar la realidad.
En la redacción de La Marea hablamos cada vez más a menudo del algoritmo, del sobreesfuerzo de difusión que debemos hacer para que nuestros artículos lleguen a personas como tú. Y eso sucede cuando aún no hemos conseguido ser sostenibles.
Los 250.000 euros que hemos marcado como objetivo mínimo nos permitirán acabar 2022 -un año en el que han bajado las suscripciones- en números positivos y con liquidez suficiente para concentrarnos solo en publicar buena información e impulsar nuevas investigaciones. Con ese dinero, podremos dar estabilidad a la redacción, aumentar las jornadas de los compañeros y compañeras con contratos a media jornada, realizar nuevas contrataciones y ampliar el número de colaboraciones.
El objetivo mínimo nos permitirá superar una contradicción que cada vez nos pesa más. Una de nuestras grandes virtudes ha sido apostarlo todo al periodismo. Por encima de cualquier otra cosa, como la difusión del trabajo que hacemos o, incluso, de nuestras condiciones laborales. En la última revista lo reconocemos: La Marea no es un medio 100% independiente por esa última causa en concreto. Con la ayuda de diferentes especialistas, hemos elaborado un decálogo sobre medios independientes.
Cumplimos, sin duda, los puntos del 1 al 9. La Marea no tiene accionistas ni propietarios con intereses en grandes grupos empresariales ni del poder político, como tampoco lo tiene el equipo de periodistas que trabaja en la revista. Esto evita la autocensura y, por supuesto, la manipulación de la información. La publicidad nunca ha superado el 10% de nuestros ingresos, ni mucho menos de los contenidos patrocinados. Asimismo, la transparencia es clave y, por eso, publicamos nuestras cuentas y el origen de nuestros gastos e ingresos. Finalmente, el servicio público es nuestra principal vocación.
Sin embargo, cumplir esas nueve condiciones hace tremendamente difícil cumplir la número 10 y, demasiado a menudo, se retrasa el pago de las nóminas y de las colaboraciones. Es una frase hecha, pero sí, también tenemos que comer y pagar facturas… Vivir.
La dignidad –las “condiciones laborales dignas”– es un concepto complejo. Algunos de los que trabajamos en este medio lo hemos hecho antes, con buenos salarios, en grandes redacciones en las que, en ocasiones, algún periodista retiraba su firma de un artículo porque no lo reconocía después de las correcciones de su jefe. También sabemos de colegas que deben redactar piezas a ritmos inhumanos o sufren presiones de distinta índole. Supongo que haber vivido algunas de esas situaciones explica que, “si me dan a elegir”, como dice la canción, prefiramos mejorar La Marea. Para lograrlo, debemos mirarnos al espejo.
Al hacerlo, la primera conclusión a la que llegamos es que somos libres, pero nuestra libertad es la propia de las democracias liberales. En teoría, podemos hablar de todo, informar sobre todo; en la práctica podemos hacer mucho menos de lo que deseamos y hallamos cada vez más dificultades para difundir nuestro trabajo. De nuevo, la falta de recursos nos impide tener especialistas en SEO que se dediquen a posicionar nuestras piezas en los buscadores y conseguir más lecturas.
Decidir a qué dedicamos nuestras fuerzas tiene consecuencias indeseadas para quienes creemos que el periodismo debe fiscalizar al poder, el económico y el político. Si solo podemos publicar 20 artículos a la semana, intentamos que estos sean lo más marea posible. Es decir, que tengan enfoques propios y cubran aspectos poco tratados en otros medios. Quizá por ello no publicamos todas las piezas que deberíamos sobre el gobierno de coalición. Hay muchos haciéndolo, podríamos consolarnos. Pero esa excusa no nos satisface, más bien resulta frustrante.
Quizá pienses que marcar un objetivo mínimo de 250.000 euros es una locura… Como insinuamos al principio, en la redacción también lo pensamos. Pero en un momento de tremenda desafección y oscuridad en el horizonte, necesitábamos hacer algo que nos volviese a ilusionar. Y ya estamos pensando en el importe óptimo con el que podremos publicar nuestra revista en formato audio, producir podcasts, recuperar el buen hábito de realizar encuentros presenciales para reflexionar contigo sobre los temas que nos interesan…
Por suerte, los dos últimos años nuestra cooperativa ha logrado generar un pequeño excedente que nos anima a iniciar esta campaña. Que nos indica que queréis que sigamos adelante. Contigo. Porque lo nuestro es de verdad.
Motivación y a quién va dirigido el proyecto
Detrás de La Marea no hay grandes fortunas ni grupos que entienden el periodismo como un negocio. Además, siempre lo hemos dicho: en La Marea se anuncia quien puede, no quien quiere. Somos un medio cooperativista con insuficientes recursos económicos, pero que no admite publicidad sexista ni del IBEX ni de quienes se lucran con combustibles fósiles. Nuestra plantilla es muy pequeña, pero tenemos muy claro cuáles son nuestras prioridades, y entre ellas está la defensa de los valores democráticos.
Esta campaña de micromecenazgo va dirigida a ti, que llevas casi diez años a nuestro lado, como suscriptor/a. También a ti, que todavía no has dado el paso de apoyar el proyecto, pero que nos sueles leer de forma habitual. Incluso a ti, que quizá todavía no nos conozcas lo suficiente pero necesitas un medio que hable de tus realidades, sin intereses ni económicos ni políticos.
Este crowdfunding también va dirigido a ti, que puedes permitir aportar algo más al Goteo. Y a ti, que vas a hacer ese esfuerzo por poner tu granito de arena. Y también a ti, que puedes difundir esta campaña en redes sociales o entre tu círculo cercano. Nuestras gracias, en todos los casos, serán infinitas.
Creemos en lo común, en lo que es de todas y todos. Por ello, nuestra web lamarea.com no tiene muro de pago, porque consideramos que quien no tiene recursos también tiene derecho a acceder a un periodismo de calidad.
Y este crowdfunding es, por eso, nuestro. Y es de verdad.
Experiencia previa y equipo
Tras 10 años de trayectoria, nuestro trabajo en lamarea.com y en la revista bimestral han sido una muestra de los temas que nos preocupan, de nuestro interés en tener una agenda informativa propia que apueste por el contexto, el análisis de las causas y las posibles consecuencias de noticias actuales. También, tenemos una apuesta especial por la cobertura de temas sociales y culturales, además de un enfoque internacional que nos permite entender mejor qué pasa en nuestro país.
Anteriormente, y gracias a Goteo, hemos creado proyectos como PorTodas - web especializada qué sucede antes y después de un feminicidio-, YoIBEXtigo - que analiza qué hay detrás de las empresas más influyentes del país- o La Uni en la Calle -un libro que recopila 113 ensayos escritos por un total de 152 docentes universitarios-. Y estos son solo algunos ejemplos.
Nuestro equipo es pequeño y, gracias a este crowdfunding, podremos ampliarlo y conseguir que toda la plantilla pueda estar contratada a jornada completa. Ese es, sin duda, uno de los grandes objetivos a corto plazo: lograr unas condiciones de trabajo dignas para todas las personas que hacen posible La Marea. Puedes ver el equipo actual aquí.