En el contexto sociodemográfico mundial se observan nuevas tendencias que ponen en riesgo aquellas comunidades en situaciones de pobreza y ausencia de una política estable de protección social. Las condiciones económicas de explotación laboral en Asia, África o Latinoamérica inciden en el desajuste del mercado de trabajo en otros lugares, como Europa.
El trabajo infantil es una de las manifestaciones más duras de violación de los derechos humanos de los niños y niñas, tal y como se pone de manifiesto en Convenio C182 sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación.
El Plan de Acción de Naciones Unidas para su erradicación preveía lograr reducir significativamente esta realidad para 2016. Algunos de los avances más significativos logrados a escala internacional se subrayan en el informe Combatir el trabajo infantil: del compromiso a la acción. Lamentablemente, el contexto de crisis económica internacional ha hecho rebajar las expectativas para la reducción del trabajo infantil.
Por su parte, la OIT en su informe mundial sobre el trabajo infantil, destaca las estrategias de intervención en contextos escolares apoyadas por iniciativas comunitarias como óptimas para ser consideradas por parte de profesionales, equipos de investigación y organizaciones sociales implicadas en la lucha contra el trabajo infantil.
El proyecto Comunidades contra el Trabajo Infantil trata de consolidar estrategias efectivas para reducir el trabajo infantil en Lima, a partir de la experiencia previa en Colombia. Entre sus resultados previstos, tratará de lograr un diagnóstico sobre la situación en los distritos con más incidencia en Lima, realizar una experiencia piloto de transferencia de lecciones aprendidas de Colombia a Perú y consolidar una dinámica comunitaria entre diferentes espacios sociales, como la escuela, la familia y el barrio con las organizaciones sociales participantes.