La Puput es un proyecto de educación viva ubicado en una masía del Moianés. Está autogestionado por familias y educadoras que conviven con el propósito de que los niños y niñas que lo habitan sean acompañados para desplegarse, a través de sus necesidades auténticas, bajo una mirada respetuosa y amorosa.
Hace dos años se plantó la semilla y ésta ha ido germinando y nutriéndose con cuidado, gracias a todas las manos que la han sostenido. Ahora, el espacio nos ha quedado pequeño y quiere crecer para poder acoger nuevas familias y así atender los intereses y necesidades del grupo de pequeños y de medianos, que transitan diferentes etapas del desarrollo. ¿Te sumas?**
BASES DE LA PUPUT
La función y esencia de La Puput es ofrecer experiencias y vivencias mediante entornos/ambientes preparados que permitan profundizar a los niños y a las niñas en sus intereses y experiencias de contacto con la vida. Para que experimenten, prueben, ensayen, manipulen, duden y comprendan cómo funciona el mundo que los rodea.
La Puput no es fiel a una única pedagogía, la clave está en la mirada hacia los niños que la habitan, en descubrir lo que los mueve y los que los hace vibrar de dentro hacia fuera. Se fomentan unos espacios donde ellos/as sienten la libertad de dirigir sus aprendizajes. Ya sea a través de la experimentación con materiales, a través de propuestas impulsadas por las acompañantes, a través de la escucha y la exploración, a través de talleres, a través de experiencias en contacto directo con la naturaleza y a través del juego. Entendiendo que el JUEGO es el gran mecanismo de aprendizaje y descubrimiento.
Este proyecto vela por el despliegue integral del individuo, el emocional, de autonomía, el social y el del desarrollo cognitivo y/o de aprendizaje**.
En definitiva, La Puput es un proyecto que apuesta por el despliegue de la creatividad y por el amor hacia la VIDA.
¿DE DÓNDE SURGE LA NECESIDAD DEL PROYECTO?
Este proyecto surge de la necesidad de unas cuantas familias de la zona. Familias que buscábamos una alternativa a las propuestas a las que tenemos acceso, donde estuviera presente esta mirada que cuida. Una mirada enmarcada en la educación viva.
Buscábamos un espacio donde toda la comunidad tuviera cabida y pudiera cooperar para construir y cuidar el entorno más óptimo para los niños y niñas. Un lugar donde las familias no sólo entrasen en los espacios, sino que formaran parte de ellos.
¡Qué suerte poder crear el proyecto para tus hijos/as!
Nos cedieron una pequeña parte de una masía rodeada de bosques y campos a cambio de que la cuidáramos y que le volviéramos a dar vida. Se hizo la magia. Con mucho esfuerzo, amor y la confianza ciega de una educadora que pudo imaginar los espacios entre el polvo y los escombros, La puput cogió forma.
Vivimos en un entorno rural rodeado de vegetación y teníamos claro que el contacto directo con la naturaleza tenía que ser uno de los pilares fundamentales del proyecto. Qúe importante "poner los pies en la tierra" i arrelarse en los tiempos que corren, ¿verdad?
¿A QUIÉN VA DIRIGIDO?
La puput va dirigido a todas aquellas personas que creen que otra educación, por una mejor sociedad, es posible. A personas que se quieren sumar al cambio apostando por el proyecto, que confían en el despliegue interno de los niños y están dispuestas a seguir aprendiendo, creciendo y nutriéndose de las experiencias del camino compartido en comunidad. **Un proyecto enfocado a toda persona sensible a la transformación educativa, a familias, a agentes locales de acción social, a inversores, a organizaciones y empresas, ... que sienten que hay otra manera de educar y de vivir más lenta, más amorosa, con coherencia y sentido, mas afín con nuestra naturaleza. La Puput es una apuesta por un mundo más amoroso y respetuoso.
El proyecto acoge a niños y niñas desde los 3 hasta los 12 años y vela por sus intereses y necesidades, ofreciendo espacios relajados y preparados para que se den los procesos naturales de aprendizaje.
La idea principal de La puput es no ser un proyecto elitista y queremos que sea lo más accesible posible para todas aquellas familias que comparten nuestros principios y que están dispuestas a invertir parte de su energía y amor en éste, teniendo presente las posibilidades y limitaciones de cada uno.
Nosotros creemos que un cambio es posible. Queremos aportar nuestro granito de arena en esta sociedad y, como otros muchos proyectos que están aflorando, ser un motor de inspiración y esperanza en este mundo que pide a gritos que se escuchen las voces de los más auténticos: los niños y niñas.
EQUIPO / MOTOR
La Puput es una semilla de solo dos años de vida, la cual va arraigando y cogiendo impulso. El motor que sostiene el proyecto es el sistema-comunidad que lo habita. Este organismo vivo está formado por los grupos de pertenencia de los niños y niñas (pequeños y medianos), el equipo pedagógico, las familias y la relación de comunicación y confianza que se establece entre todo este sistema.
La participación de las familias en La Puput es de vital importancia para el proyecto, son quienes sostienen el proyecto en muchos aspectos, no sólo el económico.
Las familias tenemos nuestro lugar y lo vivimos así. Formamos parte de La Puput, somos La Puput. Construimos y reparamos, escuchamos demandas y compartimos procesos e inquietudes/miedos con las otras familias y las educadoras. Al mismo tiempo, entramos en la actividad que se vive en el interior a través de nuestro acompañamiento. Esta experiencia es muy rica para los niños y niñas de forma individual, para el grupo de pertenencia, para las educadoras y para las familias. Compartimos saberes, tenemos diferentes formas de transmitir y participamos y dirigimos talleres.
Nos organizamos a través de comisiones y nos implicamos y construimos juntos desde el lugar que ocupamos. Vale decir que es intenso, que hay una gran entrega y una exposición muy grande en esta experiencia de transformación donde todo el mundo aprende y toma conciencia, más que nunca, de que el aprendizaje es para toda la vida. Toda esta energía invertida siempre compensa.
Las educadoras, comprometidas, sentimos la confianza absoluta y agradecimiento de las familias. Acompañamos a los niños desde el amor y el respeto, teniendo en cuenta sus necesidades auténticas. Sentimos que establecemos un vínculo sólido y confortable con ellos, porque confiamos, sin poner expectativas ni forzar procesos. Permitir su autonomía, validar sus emociones, darles el espacio y lugar que se merecen. . . todo ello hace brotar relaciones cálidas y auténticas.
Acompañamos a los niños y niñas desde todos sus prismas, en momentos donde alcanzan un reto, momentos de frustración, momentos donde conectan con alguna acción/material/proceso y momentos donde nuestra presencia y justa distancia es la clave para que se desarrollen y jueguen sabiendo que están seguros y en sintonía con el espacio que los acoge. Les ofrecemos materiales y espacios preparados, que están en constante transformación para que puedan desplegarse según sus impulsos internos, de dentro hacia fuera.
Acompañar es un reto diario y una gratificación gigante cuando se respeta la esencia de los niños y niñas y se percibe su entusiasmo hacia la vida.
Toda la comunidad hacemos encuentros mensuales, abiertos y preparados entre el equipo y las familias según las necesidades del momento. Hay una implicación y compromiso entre todos y todas.
En La puput se percibe una calidez entre la comunidad, una calidez auténtica, desde el corazón.
El proyecto pedagógico está coordinado por Marta (educadora) y Anna, con el apoyo de Iraila (madre del proyecto y maestra de primaria) y Carlota (madre del proyecto y fundadora de Ninyacolorita).
De niña, Marta acostumbraba a pedir caballetes y material de dibujo a los Reyes Magos. Además, recuerda gran parte de su infancia rodeada de naturaleza en una masía del Gironès, donde pasaba horas inventando historias con su hermana y primos los fines de semana. Sus pasiones la llevaron a estudiar Gráfica Publicitaria en La Llotja de Barcelona, cursando el último año en Saint-Luc École supérieure des arts (Bélgica) con una beca de movilidad Erasmus. Esta vivencia la llevó a inquietarse mucho más para descubrir mundo y viajar. A la vuelta, empezó a trabajar con niños, donde su interés por temas pedagógicos fue in crescendo hasta decidirse estudiar Educación infantil en la Universitat de Lleida. El tercer año de carrera disfrutó de otra beca de movilidad, esta vez para cursar pedagogía en México, país donde cargó la mochila de experiencias con personas tanto de poblaciones urbanas como de comunidades indígenas. A raíz de seguir trabajando con niños y graduarse en Educación infantil, continuó indagando otras maneras de acompañar la infancia que resonaban más con ella. Así que emprendió un camino el cual pocas personas dejan atrás una vez lo empiezan; la educación viva, respetuosa y consciente, para que las criaturas puedan desplegarse de manera integral y ser acompañadas desde el amor.
Su trayectoria educativa ha ido acompañada de la mano de maestras de la Escuela El Martinet y de guías del Instituto Montessori de Desarrollo educativo "Casa de niñ@s (3-6)" en México, así como de formaciones entorno la educación viva por SENDA con Astrid Ruiz de Congrès d'Indians, por el CAIEV con Jordi Mateu y de mirada Pikleriana y Waldorf con Sonia Kliass. También está formada en escuela bosque por Bosque Escuela con Philip y Jara y por El Forest del Montseny con parte del equipo de Vicky Mateu.
Recientemente se ha incorporado como educadora a La Puput Anna Martí Borràs, es arteterapeuta, acompañante de proyectos de educación libre, actualmente se está formando en Psicología. Está vinculada al mundo de la educación viva i ha participado en diferentes espacios de la XELL, desde 2011.
En 2015 cofundó Aupa, una escuelita de educación libre en Barcelona, en la qual aprendió mucho acerca de la gestión integral de un proyecto y de la necesidad de establecer estructuras claras que permitieran a las familias, educadoras y niños, encontrar su sitio de bienestar.
Desde entonces compagina el acompañamiento a la infancia con la atención terapéutica en la etapa perinatal y el asesoramiento a familias.
Trabajar con personas implica estar en un proceso constante de aprendizaje, de reflexión y autoconocimiento. Por éso, año tras año, las educadoras dedican tiempo a continuar formándose, entendiendo que en educación a menudo la herramienta principal es una misma. Y de este modo, junto con las familias, se continúa construyendo La Puput. Un proyecto donde cada uno puede aportar, desde su lugar, encontrando aquello común y compartido que nos une para poder acompañar el desarrollo cognitivo y emocional de las criaturas.