Por María Velasco, publicado originariamente en el Colaboratorio de eldiario.es

En los últimos años está proliferando otra forma de entender el mundo empresarial. Está protagonizada por colectivos que creen que se pueden hacer las cosas de otra manera. Sus objetivos son los mismos que las organizaciones del Tercer Sector o también denominada economía social -es decir, ONG, asociaciones, etc.-, aunque cuentan con mecanismos de gestión diferentes.

Estas entidades, que pueden tener una personalidad jurídica como cooperativa, asociación, fundación o sociedad limitada, están empezando a participar de modelos reformistas como el de la Economía del Bien Común, un movimiento que se construye en base a valores socialmente más responsables y sostenibles que los del capitalismo, en lo relativo a propiedad, políticas salariales, modelo productivo, huella ecológica, etc.

Es decir, siguiendo modelos organizativos, productivos y de distribución P2P o entre iguales, se dedican a la inserción sociolaboral, al desarrollo humano local, la ecología, la cooperación internacional o la responsabilidad social corporativa, entre otras.

En las organizaciones que siguen estos principios es donde suele ser más habitual encontrar modelos de gestión que buscan su propia sostenibilidad y beneficiar al conjunto de la sociedad desde el procomún, un modelo de gobernanza para el bien común en el que se producen y gestionan en comunidad bienes y recursos, tangibles e intangibles, que nos pertenecen a todas y a nadie al mismo tiempo.

A partir de ahí, y como algo que desde Goteo resulta de capital importancia en todos los ámbitos y sectores, la organización promotora puede compartir su conocimiento y traspasa a la comunidad los recursos generados sobre una actividad determinada; la tecnología, que bien puede ser un código para crear una página web, como un manual de instrucciones en abierto o vídeos que guían en unos procesos; la experiencia; los medios y herramientas y hasta la propia financiación, en algunos casos.

Impulso del retorno social positivo

En ese sentido, la red social de financiación colectiva y colaboración distribuida que se articula desde Goteo, gestionada por la Fundación Fuentes Abiertas, persigue igualmente los fines de impulsar el desarrollo autónomo de iniciativas creativas e innovadoras, que a su vez tengan los objetivos de mejorar la sociedad y enriquecer los bienes y recursos comunes.

Este 2014 una representante de Goteo fue invitada por NESTA, una organización británica que ayuda a hacer realidad las ideas innovadoras de los colectivos, a una sesión de trabajo a nivel europeo sobre políticas para la innovación digital social.

Dicha aproximación al concepto de innovación, desde y hacia lo social, consiste en un sistema complejo e interrelacionado de tecnologías, estándares, plataformas abiertas, servicios disruptivos y grupos de personas que persiguen esa finalidad de gestar proyectos donde en términos de beneficios e impacto supongan una oportunidad para el mayor número de personas a escala local y también global.

Durante el workshop, Goteo hizo partícipes a los asistentes del modelo de financiación con retorno social positivo que lleva a cabo, como proyecto abierto que acoge a su vez a otras iniciativas abiertas y las ayuda a proveerse de oportunidades económicas y colaboraciones no monetarias a través de la financiación colectiva.

Las iniciativas necesitan dinero, tareas, infraestructura y bienes materiales. Las campañas, aparte de proporcionar estas necesidades, promueven la educación y el conocimiento compartido, dan acceso a los archivos que se generan (ya sean digitales o físicos) y crean comunidad con el capital social.

Todo el proceso está rodeado de incentivos colectivos y rentabilidad social, puesto que, por ejemplo, los retornos colectivos pueden ser archivos digitales, código de aplicaciones, manuales, diseño, productos, servicios, dinero e infraestructura con licencias Creative Commons, GPLV3, AGPLV3, MIT, etc.

Un enfoque hacia el emprendizaje social que posteriormente ha hecho que desde el prestigioso diario británico The Guardian se reconozca a Goteo como uno de las 10 iniciativas de innovación social digital más importantes a escala internacional.

También en relación a su impacto social y principios aplicados a la hora de funcionar, Goteo ha sido reconocida como ONG del año 2014 por el European Civic Forum por fomentar el desarrollo independiente de iniciativas creativas e innovadoras que contribuyen al procomún: bienes digitales compartidos, conocimiento libre y código abierto.

A continuación vamos a conocer tres proyectos financiados a través de Goteo que siguen los principios de apertura, sostenibilidad y beneficio para el bien común, entre otros, desde el punto de vista de la innovación y el emprendizaje social.

Una acción desinteresada en cadena

The Social Coin (TSC) es una asociación sin ánimo de lucro que fabrica y distribuye monedas biodegradables que se pasan de persona a persona al mismo tiempo que se hace un favor a su destinatario. La idea es que la cadena continúe mientras se va explicando en una web el favor que se realiza a cambio de cederla. A esas historias online de favores se llega mediante un código QR incorporado en las monedas. Tras tres meses de circulación de TSC se puede literalmente plantar la moneda, que contiene una semilla real.

Como afirman los autores del proyecto, estas monedas "simbolizan el compromiso, la entrega, la confianza y la empatía" y "está demostrado que realizar una acción desinteresada mejora la vida de las personas. De quien la hace y de quien la recibe".

Para Iván Caballero, impulsor de la campaña y de otras start-ups, The Social Coin es la iniciativa más importante de cuantas se ha involucrado en cuanto a impacto social. Confiesa que siempre ha colaborado con ONG y proyectos sociales, aunque cuando se enteró de que iba a ser padre coincidió con que tuvo que cerrar una de sus empresas y se planteó si tenía sentido montar proyectos muy grandes. “Luego son golpes muy grandes, también”, subraya.

Desarrollo local y solidaridad

Con su proyecto de deshidratador solar de fruta y verdura (de 100 kg de capacidad), la empresa de carácter social Arte de mis manos ha creado una nueva línea de actuación para integrar sociolaboralmente a personas en situación de exclusión social. Esta herramienta permite, además, dar servicio y establecer sinergias con los agricultores locales.

La empresa está ligada a la Fundación Solidaridad, que cuenta con casa de acogida, empresa de inserción social y un centro especial de empleo en Granada y Alozaina. Con personas que tienen diferentes necesidades sociales desarrollan actividades diversas para financiar el proyecto, entre las que se encuentran productos de artesanía, talleres, estancias y últimamente restauración.

En la casa de Alozaina ya funcionan con energías renovables, pero con este nuevo instrumento que han conseguido construir con los 5.500 euros recaudados mediante Goteo, además de apoyar la casa de acogida buscaban promocionar y dignificar el trabajo del campo; crear una alternativa al abandono de la agricultura; difundir y sensibilizar sobre los procesos de deshidratación y crear red con los agricultores de la zona.

Regalos sostenibles 2.0

Infinit Loop es un envoltorio reutilizable cuyo viaje de regalo en regalo se puede seguir a través de un código QR y éste se recoge una página web. Es una iniciativa de la cooperativa Tarpuna, que promueve proyectos sostenibles, como los huertos urbanos que pusieron en marcha en Barcelona.

Sus proyectos aúnan tres dimensiones: generan valor social, buscan la mejora ambiental y viabilidad económica. Cuenta el impulsor de la iniciativa, Dídac Ferrer, quien al poner el envoltorio en el contexto de Tarpuna le vieron “el potencial social: que fuera un objeto que generara ingresos y oportunidades de inclusión”.

 

Así, con su campaña de crowdfunding dieron a conocer una nueva faceta de sus actividades, consistente en productos o servicios innovadores y transformadores que ayudan a la sostenibilidad.

Por qué crowdfunding para un proyecto de tipo empresarial

En el caso de The Social Coin, pidieron financiación colectiva para finalizar su web, pero sobre todo para obtener el material para fabricar y acuñar las monedas, así como el molde y el troquel para el empaquetado.

Iván Caballero cree que la microfinanciación es muy poderosa “porque es la manera más natural de hacer las cosas”. “El crowdfunding se está haciendo desde que existe el dinero, siempre ha habido personas que han ayudado a otras dejándoles dinero. Ahora gracias a Internet y las redes sociales existe la posibilidad de hacerlo a mayor escala”, explica.

Bajo su punto de vista, permite acceder a una suma de dinero “que no impacta mucho al bolsillo del que te ayuda”, pero sobre todo saca a relucir a personas que creen en el proyecto y se convierten en seguidores que apoyan y validan la propuesta. “En vez de tener cuatro personas dirigiendo un proyecto tienes 400 que están mirando tu propuesta, te ayudan a mejorarla. Debería ser la manera de comenzar cualquier iniciativa”, remata.

Para Álvaro González (coordinador del proyecto de deshidratador solar) y Rafael Gutiérrez (coordinador de la campaña de crowfunding), el llevar el proyecto a microfinanciación iba “mucho más allá de la deshidratación solar". “La propia evolución de la campaña fue ratificando la fe ciega que teníamos en nuestra capacidad de involucrar a mucha gente en un proyecto ilusionante”, relatan.

«El crowdfunding ayuda a transformar realidades con los pequeños esfuerzos de muchas personas »

Las personas involucradas aspiraban a transformar realidades con los pequeños esfuerzos de muchas personas, y creen que este proyecto aspira a ser un ejemplo de ello. “Con los cinco o diez euros de muchas personas que quieren transformar la realidad, sin buscar una remuneración económica, sino recompensas simbólicas, se están cambiando muchas cosas. Y nosotros hemos querido hacerlo también con la Casa de Acogida de Alozaina”, han señalado.

Claves para comunicar la campaña

La comunicación en las campañas de emprendizaje social no dista mucho de otro tipo de campañas. Son muy importantes los vídeos, la presencia en redes sociales y los contactos a los que se difunde. Sin embargo, en los casos de estas iniciativas ha habido una cuidada planificación para repartir los impactos.

Como comenta el promotor de The Social Coin, ellos hicieron un trabajo exhaustivo de planificación: “Generamos bases de datos y un plan de acción para que en esos 40 días cada uno de nosotros comiera con una persona diferente y el envío de emails”.

Caballero indica que hicieron un gran esfuerzo de comunicación que también es “muy desgastante”. “Intentamos que hubiera un efecto ‘Guau, qué proyecto tan chulo’ para que la gente entrara en la campaña, pero eso no es extensible en el tiempo. Genera un ruido muy elevado en torno al proyecto, y tiene que ser atendido, mitigado o potenciado. Hay que estar muy presente en cada momento”, revela.

Por su parte, Dídac Ferrer incide en que una de las cosas más importantes es captar el interés en un tiempo muy corto (unos dos minutos, estima) y manifiesta que es “clave que la idea sea potente, simple de explicar, atractiva y que genere curiosidad”. También recomienda tener un plan de comunicación, además de enviar muchos mails a contactos, estar en las redes sociales e ir actualizando el blog de Goteo con novedades “para mostrar que el proyecto está vivo”.

«Es interesante hacer una comunicación muy fresca y realista para mostrar la auténtica naturaleza de las ideas emergentes »

En cuanto al “tono” de la campaña, el promotor de Infinit Loop piensa que es interesante hacer una comunicación “muy fresca y realista, si cabe poco profesional, para mostrar la auténtica naturaleza de las ideas emergentes” y contar con algunas personas de confianza que apoyen en un inicio para romper el hielo.

En el Arte de mis manos crearon muchos vídeos, aunque el primero y del que partió la campaña consistió en una historia animada que iba describiendo la realidad de la casa de acogida y del proyecto. Rafael Gutiérrez ha incidido en que se esmeraron mucho en narrar la historia y hacerla atractiva y visual. Incluso se han dirigido a ellos otros proyectos solidarios que les han pedido apoyo para tratar de hacer algo parecido en sus entidades, para lo que Arte de mis manos cuenta con un dossier explicativo.

El coordinador de esta campaña señala que hicieron “bastante caso” a los consejos de comunicación de Goteo. “Procuraba todos los días generar difusión, bien por oleadas o bien en contactos personales, de un tipo u otro. Partimos de nuestros círculos más cercanos y cumplido un porcentaje mínimo de financiación del proyecto nos abrimos a otros círculos”, cuenta.

Muestra del calendario de planificación de acciones de comunicación de la campaña Arte de mis manos

Gutiérrez ha detectado numerosos momentos destacados de la campaña en los que recibieron no solo aportaciones monetarias, sino en especies, voluntarios, etc., como cuando lanzaron su kit de difusión, cuando decidieron subtitular el vídeo principal, al presentar el proyecto en la  Universidad de Málaga, cuando el proyecto fue seleccionado Buena Práctica a nivel Europeo o con la fiesta final del deshidratador.

Resultados de los proyectos y retornos

The Social Coin, que finalizó la campaña en mayo de 2013, obtuvo algo más del mínimo (un 106%). En total 10.500 euros que aportaron 220 cofinanciadores que les permitieron arrancar el proyecto.

Cuenta Iván Caballero que un año después ya llevan acuñadas 26.000 monedas y que han registrado 125.000 favores en 60 países. Por otra parte, el proyecto está bastante consolidado y por el momento doce empresas han adoptado The Social Coin como plataforma de Responsabilidad Social Corporativa. También han cerrado un acuerdo en este 2014 con una multinacional para toda Europa y están trabajando para lanzar TSC desde Estados Unidos. Por otra parte, los miembros que han ayudado a levantar el proyecto han podido cobrar desde hace un par de meses -ya que ha empezado a haber facturación- y los socios esperan poder empezar a cobrar este año.

En cuanto a los retornos colectivos, en TSC ya entregaron a las personas que les apoyaron durante la campaña un estudio con licencia Creative Commons sobre el impacto de la acción desinteresada en la felicidad de las personas, que, según ha comentado Iván Caballero, colgarán para todos los usuarios en la nueva web que pronto lanzarán. Sobre el estudio prometido sobre Internet de las cosas, también CC, tienen previsto lanzar una tecnología propia de este tipo y publicar el estudio de forma paralela.

«El “ruido” que genera la campaña tiene que ser atendido, mitigado o potenciado »

Un total de 106 personas apoyaron el deshidratador de fruta y verdura #ArteDeMisManos con 5.500 euros, siendo el mínimo que solicitaban de 3.421 y el óptimo de cerca de 8.000 (se quedaron al 160%).

Como señalan sus promotores: “Consideramos que la campaña de crowdfunding es una herramienta magnífica, pero una herramienta más. De hecho, estamos seguros de que está llamada a ser superada, ya que se basa en una concepción ‘monetarista’ en la que las aportaciones son económicas”. En su caso, las aportaciones en especie superaron con creces, afirman, los resultados económicos de la campaña.

Sin embargo, el crowdfunding les ha abierto la puerta a la colaboración con empresas a través de la Responsabilidad Social Corporativa, para lo que han elaborado una presentación. Han fructificado algunos contactos con empresarios locales, varios hoteles de Marbella, Adif o Vodafone. En el caso del contacto con hoteles y restaurantes han conseguido, incluso, montar un restaurante solidario.

Se puede considerar que #ArteDeMisManos ha ido cumpliendo a lo largo de la campaña y posteriormente de forma bastante intensa con los retornos colectivos. A través del apartado de novedades de Goteo han ido informando en todo momento de la evolución del desarrollo del deshidratador con textos, vídeos y fotos y también han publicado el dossier y la memoria técnica de la herramienta.

Tarpuna, que finalizó la campaña de crowdfunding en febrero de 2012, pidió para Infinit Loop un mínimo de 7.600 euros y consiguió llegar a los 8.380 euros (un 110%), que aportaron 159 cofinanciadores.

Con ello sufragaron los gastos de la página web del proyecto, el diseño y producción final, la producción de los primeros 50 ejemplares de envoltorios de prueba, así como el primer pedido (de 400 Infinit Loop) que confeccionó la Asociación Estel Tapia. Ferrer finaliza con un consejo: “Ojo con ofrecer recompensas que después restan mucho al presupuesto conseguido”.

A lo largo de este tiempo han ido elaborando talleres en los que la gente ha creado sus propios envoltorios (se puede ver su cuenta de Facebook), aunque como ha contado Dídac Ferrer, actualmente el proyecto está en stand-by hasta que puedan desarrollar una web y una aplicación móvil más adaptada a sus necesidades. Asimismo señala que la relación de Tarpuna con las entidades sociales ha sido “muy buena” y el proyecto les ha permitido tener algunos ingresos, nuevas oportunidades de formación para la inserción laboral y “mucho impacto mediático”.

Bibliografía

Fernando Sierra (2013). En "Ciberoptimismo, conectados a una actitud". Fundación Cibervoluntarios, pág. 61. http://www.cibervoluntarios.org/Ciberoptimismo,%20conectados%20a%20una%20actitud-Libro%20Empodera2013-Fundacion%20Cibervoluntarios.pdf

Goteo (2012). "Bien(es) común(es) = Bien social de código abierto". Colaboratorio, Eldiario.es. http://www.eldiario.es/colaboratorio/bien_comun-procomun-tercer_sector_6_78452192.html

Colaborabora. "Sobre el procomún". http://www.colaborabora.org/colaborabora/sobre-el-procomun/

Nesta (2013). "Understanding the potential in digital social innovation". http://www.nesta.org.uk/blog/understanding-potential-digital-social-innovation